1 Tesalonicenses 1: 10 y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.

El día de ayer mi hijo me decía satanás tiene las horas contadas, pero yo le dije, satanás ya tiene su sentencia, sabe donde irá, pero el que realmente tiene las horas contadas es el hombre, para que sea salvo, por eso debemos proclamar la salvación a todas las personas que podamos para que sean salvos por la fe en nuestro Señor Jesucristo.

El día vendrá cuando la oportunidad de ser salvo sea mucho más dificil y ya no haya oportunidad para disfrutar una vida plena en Cristo y sirvirle. El día en que la ira de Dios se desate sobre la tierra, ese día se acerca, podemos hoy decidir seguir a Cristo, compartirlo y disfrutar una vida de gozo y paz, con fe en nuestro Dios que nos provee de todas las cosas, que nos da felicidad y amor y esperar su venida triunfante.

Estamos en esta tierra y en este cuerpo viviendo nuestras vidas en distintos escenarios, cada uno con nuestros problemas y dificultades pero sabiendo que tenemos un Dios Todopoderoso, misericordioso y perdonador, nuestro recorrido en este cuerpo y en esta tierra deberían depender de Dios, retener su palabra, obedecer su voluntad, ser luz en medio de las tinieblas hasta que Él venga.

Nuestro Dios nos insta a perseverar, a luchar reconociendo que por nuestro Señor Jesucristo podemos vencer y que no seremos tentados más de lo que podemos resistir, incluso en la oración debemos pedir que nos libre de las pruebas y de las manos de satanás. Mientras vivamos debemos permanecer firmes en la Fe de Jesucristo, reunamonos con otros cristianos compartamos y apoyemonos como hermanos, esperando la venida de nuestro Salvador como Rey y Señor.

No nos descuidemos, no nos apeguemos a este mundo y sus placeres, tengamos en nuestra mente y corazón la venida de nuestro Salvador, recordemos que tendremos galardones para los que triunfan, recordemos que somos salvos a precio de sangre, pongamos nuestra mirada en las cosas eternas, hasta que nuestro Salvador venga.

Apocalipsis 2:25-28 ²⁵ pero lo que tenéis, retenedlo hasta que yo venga. ²⁶ Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, ²⁷ y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; ²⁸ y le daré la estrella de la mañana.

Sabemos que en la eternidad no habrá pecado, nada de lo que ahora nos hace pecar sucederá, ni vicios, ni malos deseos, nuestros cuerpos serán transformados para glorificar a Dios. Pensando en esto como ya no habrá maldad, todos nos podremos conocer, viviendo en comunión, sintiendo gozo y adorando a Dios cada día, tendremos todo en común, dependiendo de Cristo como el proveedor de todo.

La iglesia en la actualidad puede ser así, con un solo sentir, agradando a Dios en todo, estando en comunión unos con otros, siendo parte de un solo cuerpo, donde todos somos iguales, dependientes de Dios nuestro proveedor.

La realidad actual es que no podemos confiar en cualquier persona fuera de la iglesia y a veces en la misma iglesia, tratarla como alguien que conocemos, vivimos entre personas buenas y malas, haciendo diferencias, pero la gracia de Dios nos une y cuando Dios nos llame a la eternidad, todos podremos saludarnos y vivir juntos en armonía.

Hechos 2: 45-27 ⁴⁵ y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. ⁴⁶ Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, ⁴⁷ alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.

Podemos vivir un poco como en la eternidad entre la iglesia de Cristo.

1 Juan 1: 8-10 ⁸ Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. ⁹ Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. ¹⁰ Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Es dificil vivir en un cuerpo que está condenado al pecado y en un mundo rodeados de pecado. Lastimosamente no podemos decir que no vamos a pecar, lo pedemos desear pero la verdad es esa este cuerpo es débil y por eso fallamos algunos más que otros, lo bueno es que podemos acercarnos a Dios por perdón depende de cada uno que aprovechemos esa oportunidad, no siendo rebeldes, con arrepentimiento.

Mientras estemos en este mundo podremos tener el perdón y podemos cambiar, se que hay pecados tan fuertes que nos es dificil dejarlos, pero es mejor que los dejemos antes de que llegue algo fatal.

No hay mejor cosa que presentarte cada mañana limpio para Dios, para adorarlo, es la forma en que lo haremos en la eternidad.

Apocalpsis 21:1 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

A cuantos nos gusta la playa o el campo, vivir experiencias en lugares creados por Dios para descansar, relajarnos, divertirnos y pasar un buen rato entre amigos y familia. Esta tierra tiene distintos encantos para cada personalidad, tal vez eso nos distraiga por un momento de nuestros males y pesares y nos lleve a pasar buenos momentos pero debemos saber que todo lo que vemos en esta tierra, todo desaparecerá, no debemos engañarnos con las comodidades que encontremos en esta tierra todo eso es pasajero y los males y tristezas volverán.

Ahora la biblia nos relata una nueva tierra y un nuevo cielo que seran eternos, donde no solo lo que vemos será mucho más maravillo que hasta las calles serán de oro, sino que además ya no habrá mas dolor o tristeza que impidan disfrutar eternamente y sobre todo tendremos la presencia de Dios, podremos estar con Él para alabarlo, para escucharlo, para exaltarlo por los siglos de los siglos.

Preparémonos para vivir en esa nueva tierra, donde Dios mismo nos dará todas las cosas, dependamos más de Él cada día anhlelando estar en esa nueva tierra y cielo nuevo.

Te recomiendo leer todo el capitulo de Apocalipsis 21.

La iglesia es considerada la esposa del Cordero para quien está preparada la cena de las bodas dando inicio a una vida plena, eterna, en un cielo nuevo y una tierra nueva.

Cuantos de nosotros anhelamos ese día, el día de estar en la presencia de nuestro amado salvador Jesucristo, debería ser un anhelo diario por su llegada, como una novia espera la llegada de su amado, para verlo, para escuchar su voz, estar con él, asi debería ser nuestro anhelo por nuestro Señor Jesucristo, el verlo cara a cara.

Demostremos nuestro amor a Dios haciendole saber cada día que lo esperamos en su segunda venida.

Apocalipsis 19:7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

Filipenses 1:21-24 ²¹ Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. ²² Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. ²³ Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; ²⁴ pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros.

Para Pablo esa frase era literal, lo que él vivia cada dia era la obra de Cristo, el sufrimiento, la persecución, los milagros, el poder de Dios actuando, salvando vidas, formando iglesias, ¿cuantos de nosotros podemos decir lo mismo? Pero cómo podremos si tenemos nuestras responsabilidades y aparte los sueños que queramos cumplir en esta tierra, todas esas metas que tienen más que ver con cosas terrenales que con Cristo. Si vivimos aturdidos por las cosas de este mundo cómo vamos a poder decir Para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Pablo anhelaba más estar con Cristo pero sabía que la gente necesitaba conocer a Cristo para que no solo él goce de la paz y plenitud de la vida eterna sino todos los que pueda alcanzar, de hecho cuando la palabra de Dios haya sido conocida por todo el mundo entonces vendrá el fin.

No quiero decirles que dejen sus sueños, pero si que el anhelo de estar con Cristo sea más grande que todo, eso nos llevará a actuar, a disfrutar de lo que Dios nos da y poder decir cada día un poco más literal para mi el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Filipenses 1:6 Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

Dependiendo de la edad que tengas, de los recursos que tengas y de cuanto tiempo llevas siendo parte de la iglesia de Cristo, vas a tener distintos propósitos en la vida, distintas responsabilidades; vas a necesitar o desear hacer cosas que te satisfagan o que te hagan feliz, espero que lo puedas hacer, logres tus metas, alcances éxitos, pero sobre todas las cosas deseo que pienses en Dios, porque Él piensa en ti, tu eres su hijo y por eso quiere que crezcas como un padre cuida de su hijo para que sea feliz y para que pueda alcanzar lo que se proponga, en el caso de Dios anhela verte en luz, siguiendo sus pasos, para que al final recibas coronas y galardones en el cielo.

Mientras estemos en este mundo y en este cuerpo tendremos dificultades, tristezas, en los mejores casos nos apartermos del mal, pero si caemos, abogado tenemos, sabemos que podemos tener perdón por la sangre de nuestro Señor Jesucristo que nos limpia de todo mal.

Filipenses 1: 9-11 ⁹ Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en ciencia y en todo conocimiento, ¹⁰ para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, ¹¹ llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.

Sea cual sea tu sitiación actual, procura hacer todas las cosas pensando en que un día Cristo vendrá y en cómo te presentarás ante Él.

Durante una charla con una pariente me di cuenta de que la muerte está más presente que la venida de nuestro Señor Jesucristo. Tal véz nuestra forma de vivir nos hace pensar que seguiremos viviendo hasta que la muerte llegue y por eso nos distraemos en cosas de este mundo en lugar de pensar en las cosas celestiales.

Mateo 6:19-21 dice ¹⁹ No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; ²⁰ sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. ²¹ Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Sería mejor que a partir de ahora tu forma de pensar cambie y sea la esperanza de la gloriosa venida de nuestros Señor Jesucristo lo que pase primero por tu mente, al pensar en lo que haremos mañana, al pensar en los problemas que estas pasando, al pensar en la tristeza de la muerte, pensar primero en que lo mejor es Cristo y en lo que tendremos en el cielo con Él.

Amados hermanos es tiempo de clamar al Señor de día y noche cada día de nuestras vidas para que él sepa nuestro anhelo, sienta nuestro deseo de verlo, que nuestro Dios vea que hay fe en la tierra porque creemos y esperamos su venida.

Que en nuestra oración diaria siempre le pidamos y clamemos así: Oh Señor Jesús ven pronto.

No dejemos de clamar, al despertar, al irnos a dormir, cuando caminemos, cuando estemos en peligro, cuando estemos enfermos, cuando estemos en necesidad. Acordemonos que la solución a todo los males que hay en esta tierra es que ya no vivamos en ella sino que vivamos en la tierra prometida, un cielo nuevo y una tierra nueva, ahi ya no habrá llanto ni dolor.

Mi anhelo es que en las iglesias del mundo se incorpore este clamor a cada oración que se haga y así Dios nos escuche y vuelva por su iglesia amada.